top of page

Aprende a trabajar la paciencia en tu relación

Estefanía Mónaco Gerónimo

La convivencia con la pareja es un contexto que a menudo “nos pone a prueba”: se presentan variedad de situaciones que nos exigen paciencia. La paciencia en una relación implica ser tolerante, respetar las diferencias entre nuestra forma de ser o de hacer y la del otro, saber esperar los ritmos de cada uno. Pero, ¿es la paciencia un rasgo de personalidad que no se puede cambiar?  Contrariamente a lo que muchos piensan, la paciencia es una cualidad que se puede entrenar, igual que cualquier otro hábito. Aprende a trabajar la paciencia en tu relación, y pronto respirarás en casa los resultados positivos.

 

La pregunta es, ¿cómo ser más paciente? El primer paso, sin duda, es proponérselo, aunque eso no es suficiente: aunque “en frío” nos parezca fácil, cuando llega el momento y las emociones se interponen, resulta complicado no reaccionar como de costumbre. Te propongo algunos aspectos que puedes ir practicando para enfrentar el día a día con más calma:

 

1. Obsérvate a ti mismo, reconoce cómo sueles responder ante las situaciones que ponen a prueba tus nervios (qué pensamientos tienes, qué emociones sientes, qué cosas haces). ¿Por qué crees que necesitas ser más paciente? ¿Qué ventajas podría traerte? Reflexionar sobre los beneficios que tendría para ti reaccionar de forma más calmada te ayudará a reforzar tu objetivo.

 

2. Haz una lista con las situaciones que habitualmente hacen que te salgas de tus casillas. Intenta visualizar las escenas en tu mente con todos los detalles posibles, como si lo estuvieras viviendo. Imagina formas calmadas de reaccionar ante ellas: ¿qué podrías decir? ¿qué podrías hacer? Tener estas situaciones identificadas y “ensayadas” mentalmente, te hará sentir más preparado para enfrentarlas.

 

3. Proponle a tu pareja tener un momento al día de relajación juntos. No hace falta que habléis de nada, de hecho, es mejor que lo disfrutéis en silencio: tomar un café, dar un paseo, escuchar una canción… Este rato juntos tiene que estar libre de tensiones, para que podáis disfrutarlo plenamente y con total conciencia del aquí y el ahora, sin pensar en quehaceres ni obligaciones. ¡Todo lo demás puede esperar, fuera el estrés por un instante al día!

 

4. Cuando te encuentres en la situación clave, y notas que los nervios empiezan a aumentar, cuenta hasta diez antes de decir o hacer algo. Respira profundo y repítete una palabra que te recuerde tu objetivo, como puede ser “Calma” o “Paciencia”.

 

5. Procura que tu pensamiento sea congruente con tus acciones. De nada sirve reprimir tus actos si tu cabeza continúa yendo en el sentido contrario. El trabajo es tanto a nivel conductual como cognitivo. Por ejemplo, no es lo mismo pensar “Lo está haciendo mal, eso se debería hacer de equis manera, pero me voy a callar…”, que pensar “Cada uno tiene su forma de hacer las cosas, no voy a corregirle porque no debo imponer mis formas sobre las suyas”.

 

6. Sé flexible. No todo tiene que ser ya, ni como tú quieres.  Tenemos tendencia a pensar que nuestra forma de ver las cosas es la más válida: sin embargo, no es más que un punto de vista. No pongas exigencias innecesarias sobre ti ni sobre los demás.

 

Y sobre todo, cada vez que estés a punto de perder los nervios, valora la importancia de esa situación. A menudo nos impacientamos por cosas insignificantes, y podemos pasar el día entero de mal humor sin una razón de peso. ¿Realmente vale la pena? “Lo siento, no tengo  paciencia” ya no es una excusa. La paciencia es autocontrol, y éste es moldeable si se ejercita. Tú eres dueño de ti mismo y de cada cosa que dices o haces, por lo tanto, eres libre y a la vez responsable de cómo decides reaccionar.

 

Autora: Estefanía Mónaco Gerónimo

Please reload

Find us

500 Terry Francois St.

San Francisco

Email us

​info@mysite.com

Call us to book

1-800-000-0000

©2023 by Ocean View. Proudly created with Wix.com

  • Facebook Long Shadow
  • Google+ Long Shadow
  • Flickr Long Shadow
bottom of page