
Estefanía Mónaco Gerónimo
PSICOLOGÍA

Los beneficios de una mascota para tus hijos
Estefanía Mónaco Gerónimo
¿Te estás planteando traer una mascota a tu hogar, pero tienes dudas? Como cualquier decisión, tiene sus pros y sus contras. Y un nuevo integrante en la familia no es algo banal, sino una elección que se ha de tomar con conciencia y responsabilidad, teniendo en cuenta una serie de factores tanto a corto como a largo plazo.
En este artículo conocerás seis beneficios que una mascota aportará al crecimiento de tus hijos, y, en general, al bienestar de la familia.
Por supuesto, cada animal tiene sus particularidades. Dependiendo de tus posibilidades, como familia podéis elegir qué animal es ideal para vosotros. Si crees que tu vivienda es la adecuada, tu situación económica te lo permite, tienes cierto tiempo libre y estás dispuesto a encontrarte pelos hasta en los lugares más recónditos (y limpiarlos), posiblemente la lista que te presento a continuación te de el empujoncito para adoptar un perro o un gato. Si no, puedes empezar con un animal menos dependiente, como un hámster, un pájaro o peces, que satisfarán la ilusión de tus hijos y también pueden transmitirle unos bonitos valores sobre la vida.
Comencemos, ¿cuáles son esos beneficios?:
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Tu hijo aprenderá el valor del respeto y el amor por la naturaleza. La convivencia con el animal le volverá más sensible y puede servirte como apoyo para inculcarle el aprecio al medioambiente y a cualquier forma de vida.
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Trabajará su capacidad de responsabilizarse y comprometerse. No puedes pretender que él asuma todos los cuidados, aunque en un principio prometa hacerlo. La sobrecarga de responsabilidades le superará y no cumplirá su palabra. Pero sí es recomendable que tenga una o dos tareas concretas en relación con el animal, cumpliéndolas con puntualidad y por voluntad propia (no por simple obligación). Ha de entender que, si él no lo hace, nadie lo hará y su amigo se verá perjudicado. Eso también les ayuda a comprender la influencia y la repercusión de sus acciones (o sus no-acciones).
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Según estudios científicos de la asociación British Medical Journal, el contacto físico con una mascota desde edades tempranas tenderá a fortalecer el sistema inmunológico del niño y lo hará menos propenso a contraer alergias y otras enfermedades.
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Acariciar el pelo de un animal reduce la frecuencia cardíaca, serena la respiración y baja la tensión arterial, por lo que ayudará a que tu hijo se tranquilice y reduzca su agresividad, a la vez que aprende a mostrar afecto.
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Aumentará su sensibilidad hacia los demás, su deseo de cuidar a otro y su empatía, aprenderá a conocer qué desea el animal en cada momento (descansar, jugar, pasear…) y coordinarse con él.
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Cuanto más interactúe el animal, menos se aburrirá tu hijo. Podrán pasar tardes enteras compartiendo y nunca se sentirá solo. Su compañero de juegos le enseñará el valor de la fidelidad y la amistad sincera, le animará con su alegría en los malos momentos. Su autoestima se verá fortalecida al sentirse querido y necesario para su mascota.
Por último, recuerda que el abandono animal es intolerable y una situación realmente traumática para los niños y para toda la familia. Jamás te lo plantees. Por eso, sólo tráele a casa si estás realmente convencido y te comprometes.
Consejo: ¡No compres tu mascota! Adóptala. En las protectoras hay cientos de animales (cachorros y adultos) que necesitan un hogar. Además, es un buen gesto contra el consumismo y la explotación de razas. La apariencia no es lo más importante, ¿no crees?
Autora: Estefanía Mónaco Gerónimo